FOBIA SEXUAL FEMENINA


Fobia Sexual Femenina
Nota: me pareció bastante esclarecedor el testimonio de esta mujer que padece una fobia a la penetración, donde claramente la desea y hace esfuerzo por solucionar esta aversión, pero también tiene resistencias a que ocurra la introducción peneana vaginal.

Historia de mi vida sexual afectiva

Los primeros recuerdos que tengo de mi sexualidad tienen que ver con mi cuerpo, era una niña muy delgadita, siempre andaba avergonzada de ser tan delgada. Recuerdo que no me gustaba usar ropa escotada, ni blusa sin mangas, ni shorts ni cosas muy descubiertas. No me gustaba que se me viera tan delgada. Era como muy recatada, pero básicamente por lo delgada que era (hasta los 25 años pesaba 45 kilos). Al llegar a la adolescencia mi cuerpo no desarrolló mucho, menstrué a los 13 años (mis amigas lo hicieron antes), me preocupaba mucho que mis senos no desarrollaban y mi figura era como de una niña grande, crecía en tamaño pero no en formas, a esto le sumaba
Mis amigas me llamaban “pañuelo de mago” (nada por aquí nada por allá), o alguna profesora alguna vez delante de la clase me dijo “levante la carpeta, haga fuerza, así desarrolla los pectorales”.
Lo que tampoco me contentaba era que tenia vellosidad alrededor de la aureola del  pezón, eso me acompañó muchos años hasta que decidí quitármelos con una pinza. Me acuerdo que lo hice ya estando casada, a mi esposo nunca le disgustaron, pero a mi sí.

Recuerdos que me impactaron desde lo sexual:
-De niña siempre aguantaba mucho la orina, no quería ir al baño del colegio prefería hacerlo al llegar a casa. También recuerdo que al limpiarme después de orinar, siempre empleaba gran cantidad de papel. Eso fue disminuyendo con el tiempo.
-Recuerdo haber recibido clases de educación sexual en el colegio y haber sentido como temor o repulsión cuando hablaban de la penetración (más que nada por imaginar el dolor que podría ser, o por no entender como el pene tan grande podía entrar por ese orificio). Lo mismo pensaba cuando contaban del parto natural, no entendía a esa edad como un bebé podía salir por ese orificio.
-A los 14 años tuve mi primer enamorado, un vecino que vivía en la casa de en frente. A mí no me dejaban salir, mi mamá era estricta y conservadora. Lo veía a escondidas y con él nos besamos las pocas veces que nos vimos. Un día que mi madre me mandó comprar unas medias de nylon porque iba a ir a un compromiso, aproveché para verme con él en una plaza y me demoré en regresar a casa, ese día al regresar mi mamá me golpeó (fue la única vez que me pegó), yo pensé que era porque me había encontrado con él, con el tiempo ella me dijo que era porque me había demorado y la había hecho llegar tarde al compromiso.
-A los 16 años yendo con una amiga al cine (su madre nos dejó ahí y luego nos recogió a la salida), en plena película, un señor que estaba sentado a mi costado se empezó a masturbar, sacó su pene y me empezó a tocar el brazo para que volteara a verlo, estaba excitado, su expresión facial y con la respiración entrecortada. Yo me quedé como paralizada, era la primera vez que veía un pene, sólo atiné a avisarle a mi amiga, y ella de forma exagerada le dijo: “Sr., ¿qué le pasa?”, el tipo se subió el cierre y se fue del cine. Recuerdo que cuando acabó la película tenía temor de encontrarlo a la salida y estaba nerviosa esperando que llegara pronto la madre de mi amiga para recogernos.
-A los 15 o 16 años ocurrió un incidente en un recital, a la salida por la aglomeración de chicos  y chicas, un chico me  tocó violentamente la vulva con su dedo, saliendo de ahí, quedé también como confundida y no le conté a mis amigas lo que me había pasado.
-A los 17 años tuve mi segundo enamorado, seis años mayor que yo, era amigo de un tío y vivía en la provincia, nos hicimos novios cuando viajé de vacaciones. Y digamos que fue mi primer novio oficial, con conocimiento de mi mamá. Fue el primero que tocó mi cuerpo, pero nunca estuvimos desnudos completamente, sólo hubo tocamientos, estaba muy enamorada, pero vivíamos lejos, nos comunicábamos por carta o por teléfono. Duró dos años, nos veíamos tres veces al año o durante las vacaciones de verano. Nunca me pidió para hacer el amor, creo que por ser amigo de la familia, “me cuidaba”.
-A los 20 años conocí en la universidad al que fue mi esposo, un hombre muy correcto, tranquilo, muy enganchado con la madre, lo manipulaba mucho (hasta ahora). Muy buena persona, de buenos sentimientos, estuvimos 6 años de novios, nuestros encuentros se limitaban a tocarnos, él fue el primero que me hizo sentir un orgasmo con el clítoris al tocarme. Estábamos en su cuarto, estudiábamos juntos, nos desnudábamos pero no pensábamos en la penetración. Con el tiempo comprendí que él tenía problemas de erección y mucha inseguridad, siempre quería hacer todo correctamente. Era el “hijo modelo”.
Yo siempre le evidenciaba sentir miedo a la penetración o a quedar embarazada sin haberme casado y él parecía entenderlo, nunca le disgustó.
La idea de casarnos partió de mí, creo que si por él hubiese sido, hubiese seguido de novio por muchos años más. Siempre fue conformista por su misma inseguridad. En otras áreas de mi vida he sido muy luchadora, en los estudios, en conseguir metas, sólo en lo sexual no he sido luchadora por solucionar ese tema.
En la luna de miel acordamos previamente no hacerlo, nos  tocamos, excitamos, pero no había penetración. Creo que el saber que no iba a haber penetración nos quitaba esa presión y disfrutábamos más de nuestros cuerpos.
Recuerdo que el temor al principio era tan fuerte  que le decía que se quede con ropa interior mientras yo estaba desnuda, encima suyo. Me excitaba la fricción con sus genitales, pero al inicio el líquido lubricante previo no me gustaba, lubricaba mucho, le salía mucho líquido y eso me desagradaba. Sólo con él me ha pasado eso. Poco a poco fui dejando que estuviera desnudo ya sin ropa interior. Con el paso de los años me di cuenta que a él no le molestaba el tema, con tal que nos “encariñemos” él se quedaba tranquilo. Jamás me dijo para ir a un especialista a tocar este problema. El tema de hijos era impensable, siempre que le decía busquemos la manera, a lo mejor in vitro, el siempre decía que no estábamos preparados para tener hijos, que no habíamos logrado cosas para eso (básicamente económicas o materiales).

Un episodio que viví por casualidad y me impactó un poco también, fue ir a visitar a mis suegros una noche y entrar al cuarto y verlos haciendo el amor. Ellos no se dieron cuenta y yo no le dije nada a mi esposo.
Después de muchas cosas transcurridas, formas de ser incompatibles y sentir que no estaba de acuerdo como vivía, decido separarme.
A partir de ese momento me aíslo un poco de lo sentimental y me dedico a mi trabajo, decido vivir sola. Sentía que no podía permitirme enamorarme por el problema que tenía con la penetración.

Queriendo revertir mi historia
Después de un tiempo, me dediqué a capacitarme profesionalmente, puse mi empresa y decidí hacer una pasantía. Me estaba probando muchas cosas a mi misma, vivir sola un tiempo en otro país, conocer gente nueva, vivir nuevas experiencias. Dentro de esas nuevas experiencias fue la de entrar a una sala de chat, fue ahí donde conocí a la persona que fue mi novio durante 1 año. Creo que con él pude vivir cosas que no viví antes, me hizo ver la necesidad de tratar mi problema; como su historia de vida tan distinta a la mía, me hizo ver las cosas desde otra perspectiva.
Con él pude conocer un poco más mi cuerpo, con él me dejé introducir uno de sus dedos en mi vagina, pudimos practicar sexo oral y poder disfrutarlo. También pasé momentos duros al sentir que se frustraba al no dejarme penetrar, porque obviamente su vida sexual era normal. Luchó mucho por hacerme ver que podía vivir distinto y que lo podía lograr.
Creo que él me dio el empujón emocional para decidirme a consultar.
Siento que soy una mujer que puedo conquistar, que atraigo, soy inteligente, trabajadora, con muchas virtudes y defectos en lo personal; pero este problema no me deja disfrutar plenamente.
Espero haberle dado información valiosa que le permita ayudarme, me interesa mucho entender el por qué se ha instaurado en mí este problema, siento que a lo mejor es una mixtura de cosas o de predisponentes, pero lo más importante es que siento que di el primer paso y que estoy en el lugar y con la persona indicada.

Lorena, 32, Argentina



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