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los celos

Los Celos: la violencia emotiva en su visión incipiente y sutil
por María Nilda Bazán Viscido[1] y Francisco Juan José Viola[2]


Intentando lo imposible, René Magritte (1928)Desdémona: ¡Celos! ¿Le he dado yo algún motivo?

Emilia: Los celos no se satisfacen con esa respuesta; no necesitan ningún motivo. Los hombres son celosos porque lo son. Los celos son monstruos que nacen y se alimentan de sí mismos.

Acto tercero, escena IV de Otelo, de W. Shakeaspeare

Palabras Claves: Violencia psicológica, celos, definición.



Introducción

Todo trabajo de investigación comienza con una inquietud que va tomando cuerpo. De cierto modo algo que sucede en nuestro entorno nos llama la atención o despierta alguna cascada de opciones que van directamente a orientarse hacia algún tipo de hipótesis de trabajo. En el área de sexualidad, esas inquietudes nacen, muchas veces, por la propia naturaleza de la sexualidad en la interrelación cotidiana. Es el caso de este trabajo, que la motivación surge a partir de una afirmación escuchada en rueda de amigos: ¡Si vos no tenés celos es porque no amas! Esta afirmación dicha tan taxativamente y reafirmada por los demás a través de sus palabras y sus silencios fue la primera chispa que encendió esta inquietud.
¿Por qué tener celos? ¿Por qué no tenerlos? ¿Dónde la normalidad de su causa? ¿Dónde la patología de su alcance? ¿Para qué sirven? ¿Qué es necesario para su gestación? ¿Qué lógica tienen? ¿Cómo aceptarlos? ¿Cómo manejarlos? ¿Cómo convivir? ¿Hasta donde permitirlos? Las preguntas se acumularon.

Lo primero que pensamos, cuando esta inquietud inicial se fue tornando hacia una investigación, es que era difícil de consensuar una respuesta única sobre el alcance real de los celos; la simplificación es obvia frente a ello, pues los celos son antes que nada una emoción[3], relacionada con un sentimiento.

La asociación de los celos al sentimiento pone de manifiesto lo difícil de conceptualizarlos. Puesto que, paradójicamente, no existe algo más claro y al mismo tiempo difícil de definir que un sentimiento, una emoción o una pasión. Y si se duda probemos de definir al amor. Existe en ello una carga subjetiva que Jung la expone diciendo que "la naturaleza de la valoración del sentimiento puede compararse con la percepción intelectual como una percepción de valor"[4]. La primera premisa que surgió fue: los celos son subjetivos.
Evidentemente esta primera respuesta no es más que un inicio de discusión. Profundicemos sobre esta noción y para ello podemos aclarar que los celos nacen en función de una relación con otra persona. Tenemos entonces la segunda premisa: una relación con otra persona. Es importante remarcar que una relación es una forma de comunicaciónparticular de alguien con algo o alguien capaz de comunicar (consideremos esto como la tercera premisa). Esta definición de relación, nos realza el concepto de comunicación como fundamento de la relación. Pero al mismo tiempo nos deja abierto el concepto de “con quién comunicamos”, pues los interlocutores puede ser: reales, imaginarios y/o simbólicos.
Frente a una relación que consideramos privilegiada (por lo afectivo, por lo erótico, por lo laboral, etc.), queremos acaparar las formas de comunicación. Algo imposible, puesto que la diversidad de formas de comunicación (verbal, gestual, posicional, etc.) y de los espacios de comunicación (laboral, circunstancial, fraternal, maternal, filial, amorosa, etc.) nos impiden la tarea[5]. Ahora bien, puede surgir frente a esa incapacidad de acaparar (llamemos "inacaparabilidad del ser humano"), la sensación de amenaza por creer que una forma de comunicación del otro con una tercera persona puede privilegiarse en desmedro de la nuestra.
Esta sensación de amenaza es condición fundamental de los celos. Frente a algo o alguien que es, lo sentimos o lo deseamos como nuestro, los celos son una reacción frente a esa amenaza que se presenta frente a nuestro deseo. Sin pretender ser muy exhaustivos, resumamos la idea diciendo que los celos se basan en una experiencia pasada del individuo y que se manifiesta frente a un estímulo presente y que se expresa como una amenaza a nuestro deseo. Es decir:

  • Los celos son patrimonio de lo imaginario,

  • El estimulo para ellos puede ser simbólico,

  • La manifestación es en el campo de lo real.

Los celos no se justifican en lo real, sino en lo imaginario. Y es allí donde toma su valor más importante. Las sospechas, las pruebas no implican celos. Implican duda y decisión personal frente a una situación. O sea, los celos son una actitud frente al otro en una situación en la que sentimos que está amenazada nuestra posición. A esa amenaza imaginaria, necesitamos llevarla a un plano real y para hacerlo nos aferramos a elementos concretos. Sin embargo los elementos concretos no justifican los celos. Sino que lo transforman en comprobación. El adulterio, por ejemplo, no puede motivar celos. Puesto que es una situación concreta donde se afectó la fidelidad[6].
Por lo tanto, ¿podemos afirmar que ellos son una reacción personal y por lo tanto se debe aprender a manejarla?. ¿Es así de simple? ¿El papel del otro sería importante y fundamental, en la medida de apoyar con actitudes concretas la no-aparición de los celos?

Un poco de literatura: Otelo, el Moro de Venecia (The Tragedy of Othello, the Moore of Venice, c. 1604) [7]

Es parte de nuestra cultura asociar ciertas situaciones a grandes clásicos del arte que han sabido representar o canalizar un concepto muy importante. El erotismo asociado al "Kama Sutra", el amor a "Romeo y Julieta", el romanticismo a "Cyrano de Bergerac", "Justine" a la perversión y los celos a "Otelo, el Moro de Venecia".
Para refrescar un poco vuestra memoria, recordemos sucintamente que por la acción de Yago, utilizando un pañuelo como elemento concreto, Otelo ve nacer en sí mismo los celos sobre la bella Desdémona y por acción de los mismos, llega a matarla, luego de agredirla, verbalmente, físicamente y socialmente.
Deteniéndonos en esta situación de escalada de violencia, podríamos disculparnos diciendo que es raro que esto pase, casos aislados pueden darnos la razón. Ahora bien, pensamos que llegar a la muerte es un caso excepcional, pero que eso no invalida que antes se pueda pasar por varios tipos de violencia. En tal sentido nos hemos preguntado si los celos pueden sindicarse más que como signo de amor, como un síntoma de violencia.

Algunas nociones sobre la violencia, el comienzo de la cuestión

El ataque a nuestro orgullo es lo que nos pone en situaciones donde no somos capaces de frenar nuestra propia actitud frente al otro[8]. Dentro de esa concepción el concepto de violencia, abuso y agresión se separan y se mezclan. Uno y el otro van aferrándose a sus propias realidades y diversos marcos conceptuales. Al mismo tiempo la representación social de estos términos hace que se encuadren en diversas situaciones, algunas no muy definidas. En lo físico se llega a un consenso con más rapidez puesto que la prueba tangible está en la piel misma en hechos objetivables y en muchos casos mensurables. Pero cuando lo físico no está presente, la subjetividad toma lugar y al hacerlo queda claro que un mismo comportamiento será percibido por algunos como violento, abusivo o agresivo y por otros no. Este concepto fue estudiado, entre otros,  por Stein (1982), Raymond, Gillman y Donner (1978).
Esta situación de "subjetividad" pone en evidencia un comportamiento muy común en el ser humano y que podemos reconocer en nuestros propios actos: cuántas cosas perdonamos a algunos y no a otros[9]. Esta violencia se da entre individuos y es una forma de comunicar[10]. Estos tres elementos o premisas, que ya habíamos señalado anteriormente, son de un valor primordial en el caso de la violencia, donde ciertos gestos, comportamientos, situaciones, son naturalizadas por las personas a través del influjo de una educación y un impacto sociocultural. Lo que ciertos autores llaman violencia estructural[11].
La violencia, como actitud hacia el otro, estuvo limitada a ciertos fenómenos durante mucho tiempo. Por ejemplo, la guerra; cuando era corriente por ser fruto de la modalidad de intercambio entre los pueblos, era una noción de violencia colectiva aceptada o tolerada por estar regida por otros cánones relacionados con la realidad circundante. Actualmente la violencia física está en permanente y actualizada discusión y esto ha permitido que los otros tipos de violencia se manifiestan y se expresen a través de los estudios y los cuestionamientos sociales.
Decíamos que, cuando la violencia física deja de ser un problema de cada uno, para transformarse en un cuestionamiento social, cuando la investigación la aborda y los terapeutas de cada área comienzan a buscar soluciones a problemas conexos a esta violencia; cuando los que se dedican a la problemática social desde una perspectiva social, política y/o económica comprenden el alcance de sus consecuencias, la violencia física comienza su ciclo de denuncia y de problematización[12], es decir se instala en la sociedad en mayor o menor grado, se discute y se condena. Eso permite que las otras formas de violencia se pueden mencionar como fenómenos con valor de denuncia, es decir, los individuos reaccionan frente a estas situaciones que antes estaban ocultas bajo el paño de la aceptación silenciosa de situaciones vividas[13].
Antes de continuar definamos violencia en general para poder partir de un concepto que nos permita avanzar. La violencia es "la utilización del poder[14], en cualquiera de las formas, sobre el otro en un contexto determinado, que genera daño al otro; daño físico, psicológico, social y/o espiritual, consciente o no, o que le priva de opciones en desmedro de sus propios beneficios, coartando su opción de elegir. El no consentimiento está presente tanto como resultado de la acción coercitiva sobre el individuo para decidir por una opción entre las planteadas o presentar opción única. Es decir, para el "violentado" no se presentan opciones válidas, sea por el poder del otro, la influencia del otro, las normas sociales y/o familiares que se ha recibido, o por el sistema educativo de creencias, valores y conocimientos"[15].

Ahora bien la violencia que está en juego, en nuestra investigación, es la violencia llamada psicológica, verbal o emocional según los diversos autores consultados. Este tipo de violencia tiene un elemento problemático cual es la reacción del individuo que muestra a los demás, para muchos, como signo de una debilidad, por ello es creencia fundamental del individuo el manejar la situación. Larouche (1978) dice que "la agresión psicológica consiste en atacar directamente la estima de sí mismo de la víctima".

En el siguiente cuadro vemos los indicadores de las representaciones sociales de la violencia psicológica según los tres constituyentes de una representación social[16]:



CONSTITUYENTES DE UNA REPRESENTACION

INDICADORES

LA INFORMACION
(se refiere a la suma de los conocimientos que un individuo dispone a propósito de un tema dado).
- Conocimiento: Conocimiento del fenómeno de la violencia conyugal (hombres vs. mujeres).
- Fuentes: descripción de las fuentes de las informaciones recibidas sobre la violencia psicológica (hombres vs. Mujeres).
- Otros aspectos estudiados: Manera en la que se explica el fenómeno de la violencia psicológica (hombres vs. mujeres).
EL CAMPO DE LA REPRESENTACION (o imagen)
(se refiere a la organización y al orden que un individuo da a los conocimientos que él posee sobre un tema dado. Este proceso de ordenamiento se terminará por una imagen evocadora del objeto de representación).
- Definición: Definición personal de la violencia psicológica (hombres vs. Mujeres).
- Comportamientos asociados: Identificación de comportamientos considerados como parte de las manifestaciones de violencia psicológica (hombres vs. mujeres).
- Campos de referencia: Extracción de los campos de referencia de los diferentes comportamientos considerados como par de las manifestaciones de violencia psicológica (hombres vs. mujeres).
- Importancia: Identificación de la importancia de los incidentes relacionados a los diferentes campos de referencia (hombres vs. mujeres).
LA ACTITUD
(reenvía a la predisposición a la acción, a los aspectos emocionales y sociales).
- Predisposición a la acción: Descripción de las circunstancias que llevan al cónyuge a ser violento psicológicamente.
- Aspectos emocionales: Descripción del cómo se hace frente a las situaciones de violencia psicológica (hombres vs. Mujeres).
- Aspectos normativos: Percepción de las reacciones que deberían tener las mujeres en las situaciones de violencia psicológica y de por qué ellas deberían reaccionar así (hombres vs. Mujeres).


Revisando la literatura señalamos tres investigaciones que ponen de manifiesto componentes de la violencia psicológica:


Ganley (1981)[17]
Walker (1979)[18]
Walker (1984)[19]
1 La amenaza (de suicidarse, de hacerle daño a los niños, etc.).
1 La privación económica
1 Acusar a la víctima de tener comportamientos inapropiados
2 Cohesión teniendo como objetivo la degradación del otro (obligar a las tareas domésticas, por ej.).
2 La humillación social
2 Acusarla de infidelidad.
3 El control de las actividades de la víctima, horas de sueño, número de relaciones sociales, etc.
3 Aislamiento social
3 Obligarla a prácticas sexuales contra su voluntad
4 La manipulación de la estima a través del menosprecio de las ideas y/o de las emociones de la víctima
4 la violencia verbal
4 amenazar a la víctima de retirarle el sostén financiero
5 las acciones intencionales buscando amenazar (jugar con un cuchillo, velocidad excesiva al conducir, etc.)
 
5 Acusarla de no contribuir financieramente a la relación
 
 
6 Privarla de un sentimiento de bienestar tratándola como un niño


Reafirmando nuestra concepción remarcamos la importancia del texto de Catherine, Kirkwood: "Cómo separarse de pareja abusadora", donde se explaya sobre testimonios que remarcan estas características. Señalemos como fundamental que el hombre violento "suele ser profunda y patológicamente celoso. Ansía la exclusividad, quiere ser el primero y el único en la atención de su mujer"[20]. Creemos que esta afirmación es que la que nos da definitivamente el punto de partida y la necesidad de investigar los celos como actitud hacia el otro y sobre todo como manifestación de una forma de intercomunicación hacia el otro.
Hipótesis de trabajo
De acuerdo a lo dicho, nos planteamos como hipótesis de trabajo que los celos pueden ser una forma de violencia psicológica. La violencia psicológica es la puerta de entrada a otros tipos de violencias u otro nivel de intensidad de esta misma violencia.
Es decir se persigue como objetivo constatar o desmitificar que los celos son un comportamiento aceptable y deseable en una relación de pareja, como prueba inequívoca de un sentimiento.
Material y método
Para realizar este trabajo se confeccionó una primera encuesta tipo piloto, la cual se realizó entre un grupo reducido de 18 personas (9 varones y 9 mujeres) en un colegio secundario de la ciudad de San Miguel de Tucumán, (Tucumán - Argentina). A partir de las respuestas encontradas se seleccionaron diferentes variables que sirvieron de base para operativizar un cuestionario.
Este cuestionario fue utilizado para realizar la búsqueda de los datos en el establecimiento escolar secundario, Instituto Cervantes (F63). de San Miguel de Tucumán. En el mismo se realizó un total de 92 encuestas entre alumnos con una edad entre 17-25 años. De los mismos 52 fueron varones y 40 mujeres. El total de las preguntas fue 13 (trece) y fueron cerradas en la mayoría.
Discusión
Luego de realizado este trabajo hemos constatado algunas limitaciones a nuestro trabajo y de allí surgen unas propuestas potenciales a realizar en un futuro próximo:
1. Ciertas preguntas se prestaron a respuestas no claras, pues se hablaba en cierta medida de los celos de uno de la pareja. Es decir se inclinaban sobre todo a la visión de la mujer.
2. Sería importante abordar una segunda población dentro de la franja de edad de 20 y 30 años para poder comparar resultados y sacar conclusiones más importantes.
3. Sería aconsejable realizar entrevistas abiertas para poder sacar algunas conclusiones basadas en el "relato biográfico".
Ahora bien, encontramos algunos elementos a remarcar en nuestro análisis de los resultados:
a. Que los celos son considerados en un escaso 5 % de los varones y en ningún caso por las mujeres como ejemplo de afecto.
b. La preocupación que generan los celos está presente en la mayoría de las personas. Es importante remarcar que en algunas encuestas se puso de manifiesto que por un lado decían que no era una preocupación pero en las preguntas especificas todos respondían con elementos de preocupación.
c. Creemos que la gran presencia de "a veces" en la pregunta sobre la preocupación de los celos está directamente relacionada con un sistema "sociocultural de superación" sobre la esfera emotiva. Consideramos necesario profundizar este punto en la continuación de esta investigación.
d. En las sensaciones durante la escena de celos es importante subrayar que los varones sufren angustia y bronca; luego de la escena, esa angustia se transforma en bronca y malestar. También señalamos la gran preponderancia de bronca como reacción de la mujer y sobre todo respuestas que dejan traslucir aun más la presencia de una situación de violencia, como ser la impotencia, las ganas de llorar y la bronca.
e. En la pregunta nº 4 es notorio el "a veces" como respuesta. 53.85 % para los varones y 42.50 % para las mujeres. Creemos que esto está directamente imbricado en la parte sociocultural, según nuestro análisis.
f. En la justificación posible de los celos, notamos una presencia predominante de elementos subjetivos, que obviamente condicionan las posibles discusiones al respecto (cambios de conducta, comparaciones, coqueteos, falta de atención, etc.).
g. Es sumamente importante remarcar que el "controlar" es el comportamiento más importante que se realiza para expresarlos, tanto en varones  (46.15 %) como en mujeres (72.50 %), siguen como comportamientos las agresiones verbales, el gritar y el insultar[21]. Suman estos tres en varones un 57.69 % y en mujeres un 35 % de la muestra.
h. La posibilidad de diálogo presente en todos no dice mucho. Sería necesario aclarar la forma del dialogo al cual hacen referencia. Dejamos la inquietud para profundizar en la segunda parte de esta investigación.
i. En la pregunta nº 8 remarcamos la presencia de la vergüenza y de la humillación como sensaciones que la persona sufre y teme en un gran porcentaje de la muestra.
j. A nivel de causas de los celos surge inexorablemente la visión subjetiva, (imaginación del otro, coqueteos, etc.).
k. Subrayamos que en nuestra muestra, la relación con infidelidad está puesta en duda.
l. La pregunta sobre los límites es una pregunta que no ofrece mucha información aunque algunas pistas. Creemos que las respuestas son ambiguas en su conjunto. Por ejemplo, asociando en una misma respuesta, "nada" con "violencia" u otra situación. Remarcamos que los "celos patológicos" no fueron considerados por los entrevistados.
m. Sobre los cambios realizados apuntan, sobre todo, a la no discusión del tema con actitudes como: ocultar las reacciones, no frecuentar personas, etc.
n. La necesidad está puesta de una manera caprichosa en la respuesta de la muestra.
Conclusiones y perceptivas
Es importante señalar que la naturalización de ciertas situaciones es uno de los temas más importantes a tratar en la problemática de la sexualidad. Esta naturalización está muy arraigada y asociada a sentimientos que son bien conceptuados en la sociedad: maternidad, amor, sacrificio por el otro, por mencionar algunos.
En particular los celos son considerados, por algunos, como una manifestación del amor: sólo se tiene celos de lo que se ama y si no tienes celos es porque nunca amas. Esta ecuación, se expresa en muchas conversaciones sobre celos. En nuestro primer análisis surge una paradoja muy evidente, cual es el conjunto de situaciones no placenteras que generan los celos (bronca, malestar, violencia, etc.) y al mismo tiempo una serie de reacciones comportamentales y/o verbales en relación a la situación que generan los celos (reprimir comentarios, separarse de amigos/as, no frecuentar ciertos sitios, cambios en la apariencia, etc.); estas dos situaciones están lejos de ser una expresión y medida de un sentimiento como es el amor.
Los celos como tal responden a la intención de “propiedad”, entendida como la noción de sentirse dueño, responsable de algo. Y la convicción de tener una forma privilegiada de relacionarse con el otro. La amenaza de esa “propiedad” y o “privilegio” genera en uno una inquietud, que según el carácter y las posibilidades van a expresarse de diferente forma. Pero que intenta limitar al otro, por más que no siempre se exteriorice. Lo que pretenden los celos es tener una relación semejante a la que el otro tiene con otra persona, independiente de la relación que uno tenga.
Esta expresión que el medio, uno mismo y la relación permiten, es lo que se entiende como celos. Es decir una expresión de una situación cultural y social relacionada con la noción de pareja y de exclusividad (relacionadas directamente con el concepto de propiedad). Los celos surgen como un intento de confrontar a la inestabilidad posible de una relación que uno considera “segura”.
El problema surge, según nuestra encuesta, por la asociación directa que existe entre lo que producen los celos en las personas y lo que se asocia en otros trabajos como características propias de la violencia psicológica. Creemos que es necesario insistir sobre esta relación procurando "desnaturalizar" la concepción de los celos como recurso válido para luchar contra la violencia.
Esto implica considerar seriamente un sistema educativo que contemple la educación sexual, no como un simple modelo de información sobre prácticas del sexo y sus potenciales consecuencias, sino como "un modelo explicativo de la sexualidad humana crítico, abierto y en continuo proceso de transformación"[22]. Es por allí donde el desafío se hace necesidad[23]. La educación sexual es la única que puede generar los cambios pues permitiría que ellos sean propuestos “de tal manera que ellos puedan tener sentido para las personas e insertarse en su propio medio social, cultural y económico”[24]Tal vez así, desarrollemos generaciones donde la violencia desde lo subliminal o cualquiera de ellas sean resabios de una sociedad arcaica y donde seamos gestores de la tarea sorprendente de buscar en la confianza, en la sinceridad y en la apertura al "otro" una medida más clara y fundamental para el amor.
Bibliografía
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WALKER, L.E. (1979). The Battered Women. Harper and Row publishers: New York.
WALKER, L.E. (1984) The Battered Woman Syndrome. Springer Publishing Company: New York.
Anexos
Anexo 1: Modelo de la Encuesta piloto.
Anexo 2: Modelo de la Encuesta general.
Anexo 1
Sexo: M__ F__  Edad: ___ años
¿Tienes pareja? SI___ NO___ ¿Vives con su pareja? SI___ NO___
¿Tienes hijos? SI___ NO___
Con tu última pareja o pareja actual tuviste o tienes una relación de:
Menos de seis meses____ entre 6 meses y dos años___ más de dos años____
Educación: Primaria __ Secundaria__ Terciaria__ Universitaria:__


 LaicaReligiosa/tipoOtraMixta
Primaria    
Secundaria    


1)-. ¿Cuáles consideras que son las razones más frecuentes para tener celos?
2)-.¿Cuáles son las características de los celos?
3)-. ¿Existen celos normales? SI___ NO___
4)-. ¿Qué características tienen?
5)-. ¿Existen celos patológicos? SI___ NO___
6)-.¿Qué características tienen?
7)-. ¿Cuál es el límite que se debe aceptar en una escena de celos?
8)-. ¿Si los celos aumentan, a qué se debería?
9)-. ¿Qué situaciones producen celos?
10)-. ¿Qué debe hacer tu pareja para que tengas celos?
11)-. ¿Qué significa, para ti, que tu pareja no tenga celos?
12)-. ¿Qué deberías hacer para evitar los celos en tu pareja?
13)-. ¿Cuáles son las situaciones conflictivas que tienes con tu pareja?
14)-. ¿Conoces otro tipo de violencia aparte de la violencia física? SI___ NO___ ¿Cuál?
15)-. ¿Cómo se manifiesta ese otro tipo de violencia?
Anexo 2
Sexo: M__ F__  Edad: ___ años
¿Tienes pareja? SI___ NO___ ¿Vives con tu pareja? SI___ NO___ ¿Tienes hijos? SI___ NO___
Con tu última pareja o pareja actual tuviste o tienes una relación de:
Menos de seis meses____ entre 6 meses y dos años___ más de dos años____
Educación: Primaria __ Secundaria__ Terciaria__ Universitaria:__


 LaicaReligiosa/tipoOtraMixta
Primaria    
Secundaria    


1. ¿Los celos por parte de tu pareja son para ti una preocupación?:
Siempre Casi siempre A veces Casi nunca Nunca 
2. Durante una escena de celos de parte de tu pareja, ¿qué sensaciones experimentas?
Angustia
Ganas de Llorar
Bronca
Deseos de agredirla
Miedo
Indiferencia
Impotencia
Humillación
Ansiedad
Malestar
Otros                                                                                                    
3. Después de una escena de celos de parte de tu pareja, ¿que sientes?
Impotencia Ganas de Llorar Malestar 
Bronca Indiferencia   
Humillación Deseos de agredir   
Otros                                                                                                    
4. Cuándo te hacen una escena de celos, ¿crees que es justificada?
Siempre Casi siempre A veces Casi nunca Nunca 
5. ¿Cuál es la justificación más acorde a tu realidad en una escena de celos?
Falta de Atención a tu pareja Inseguridad 
Cambios de conducta Coqueteos 
Comparaciones con otras personas Engaños 
Relaciones con tus Amigos Sospechas 
Relaciones con tus Amigas   
Otros                                                                                                 
6. Frente a una escena de celos, ¿qué comportamientos utiliza tu pareja para expresarlos?
Controlarte Agredirte verbalmente 
Insultarte Agredirte físicamente 
Gritarte Humillarte 
Otros                                                                                                   
7. En una escena de celos, ¿puedes dialogar y explicar la situación a tu pareja?
Siempre Casi siempre A veces Casi nunca Nunca 
8. Frente a una escena de celos en público, ¿qué te preocupa?
La dependencia económica de ese momento El contexto en el que estás 
La vergüenza que sientes La humillación frente a los otros 
Otros                                                                                                   
9. Según tu opinión, las causas de los celos son debido a:
Imaginación del otro Comentarios superfluos que haces Comparaciones 
Coqueteo con otros Relación con artistas y/o figuras publicas Forma de vestirse 
Acciones indebidas Cambios de comportamientos tuyos Forma de maquillarse 
Otros                                                                                                   
10. ¿Crees que los celos se relacionan directamente con la infidelidad?
Siempre Casi siempre A veces Casi nunca Nunca 
11.  En tu experiencia, ¿cuál es el límite al que llegaron contigo en una escena de celos?
Diálogo Agresión 
Llanto Golpes 
Violencia Celos patológicos 
Imprudencia Discusión 
Acoso Prohibiciones 
Nada Reclamo 
12. Para evitar los problemas de celos, qué cambios realizaste?
Comportamientos con respecto a los otros Reprimir comentarios 
Apariencia física (cambio en la vestimenta, en el maquillaje) No ir a ciertos lugares 
Ocultar tus reacciones frente a tu pareja No frecuentar a ciertas personas 
Dejar un trabajo Dejar la profesión 
Ningún cambio No tengo problemas de celos 
Otros                                                                                                   
13.  Â¿Piensas que los celos son necesarios en una relación de pareja?
Siempre Casi siempre A veces Casi nunca Nunca 
[1] Licenciada en Psicología. Docente
[2] Investigador de la Universidad Católica de Lovaina y de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino. Dirección Laprida 887. San Miguel de Tucumán (4000) Argentina.  E-mail: fviola@unsta.edu.ar 
[3] La distinción entre sentimiento, emoción y estado de ánimo es un tema crucial en el estudio de los afectos. Diversos autores lo han considerado en sus publicaciones. Por cuestión de alcance de este trabajo, remitimos a otras lecturas. Por ej. Tratado de las pasiones (Santo Tomás de Aquino), Compendio de Psiquiatría de Seba Díaz., etc.
[4] citado por BÉLA SZÉKELY, L.C. (1983). Diccionario de psicología general y aplicada. Tomo II. Editorial Claridad: Argentina. Pg. 244.
[5] Remontándonos al mito de la esfera puesto en boca  de Aristofanes en el Banquete por Platón, sería el deseo de una unidad con el otro ser de manera de no necesitar nada de nadie más y no ser necesario otra cosa
[6] Queda para una próxima futura discusión el concepto de fidelidad en la interrelación de los individuos.
[7] SHAKESPEARE, W. Teatro Completo. Tomo I. Otelo, el Moro de Venecia. El ateneo: Buenos Aires. Edición de 1953.
[8] Los psicoanalistas dirán que es la "estructura narcisística del sujeto". STEICHEN, R. (1990). La envidia y los celos: Lectura psicoanalítica en referencia al campo de la mirada. Boletín de la Sociedad Franco-peruana de psiquiatría, nº1 pp 7-13.[9] Esto se plantea claramente en el acoso sexual. Para una misma persona, un gesto puede ser de acoso o de galantería, una actitud puede ser, según la persona, un acto de "caballerosidad" o de "machismo", sin entrar en la noción misma de cada acto, sino en la percepción del receptor. Es decir, no se cuestiona la ideología remanente en el gesto, tema de otro trabajo, sino la percepción del sujeto.
[10] "La comunicación es un intento de expresar de un modo u otro nuestra representación de una situación, motivada por nuestra percepción de una realidad determinada en relación a un esquema de símbolos que traducimos en función de un imaginario asumido como personal". VIOLA, F. (1998). "Estudiar el sexo y/o estudiar la sexualidad. La "sexualogía": la búsqueda de una identidad". Presentado en el IX Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación Sexual. México.
[11] LARRAIN, S. & RODRIGUEZ, T. en ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. 1993). Género, mujer y Salud en las Américas. OPS: Washington.
[12] La problematización no es un problema menor, remito a la obra de Julia Kristeva
[13] Existen  dos requisitos claves en consecución de un modelo preventivo, según Mabel Burin e Irene Meler: que "la conducta violenta sea percibida como tal y, por otra parte, que esa conducta merezca una sanción grupal, como respuesta de castigo social o de repudio hacia quienes la ejercen". BURIN, M. & MELER, I. 81998). Género y familia. Poder, amor y sexualidad en la construcción de la sexualidad. Paidós: Buenos Aires. Pag. 399
[14] El poder es un término que también tiene una serie de definiciones, lo tomemos en la definición clásica de Connell (1987) en su obra Gender and Power, el poder implica el análisis de cómo se toman las decisiones, quien las toma y qué tipo de decisiones y si las toma con autoridad o de forma legítima. (citado por BARRAGÁN MEDERO, F. y de la CRUZ LÓPEZ, J. M. "Violencia, género y sexualidad".
[15] VIOLA, F. (2000). La sexualidad: necesidad, importancia y alcance como visión integral de ser humano. Conferencia en encuentro organizado por Defensoría del pueblo de Tucumán.
[16] Extraído de OUELLET, F., LINDSAY, J., CLEMENT, M. Y BEAUDOIN, G. (1996). La violence psichologique entre conjoints. Tome I, Ses represéntacions selon le genre. Collection Etudes et analyses, N° 3. CRI.VIFF.   pg. 38.
[17] GANLEY, A. L. (1981). Court-Mandated Counseling for Men who batter: A three-day Workshop for Mental Health Professionals - Participants Manuel. Center for Women"s Policy Studies: Washington DC.
[18] WALKER, L.E. (1979). The Battered Women. Harper and Row publishers: New York.
[19] WALKER, L.E. (1984) The Battered Woman Syndorme. Springer Publishing Company: New York.
[20] DEFENSOR DEL PUEBLO. (1998). Informes, estudios y documentos: La violencia doméstica contra las mujeres. Closas-Orcoyen, S.L.: Madrid. Pg 113.
[21] Esta separación entre tres situaciones relacionadas con agresión verbal surgen de la encuesta piloto. Nos pareció importante mantener esa distinción.
[22] BARRAGÁN MEDERO, F. (1996). Niñas, niños, maestros, maestras: una propuesta de educación sexual. Diada Editoras: Sevilla.
[23] La educación sexual, pasa por el mismo inconveniente que el trabajo interdisciplinario, el pluralismo, la democracia. Creemos que son valores innatos y por ello no nos desafiamos a aprender de ello y por lo tanto queda relegado al buen entender de las personas. Remito al lector al trabajo: La educación sexual: paradoja de una necesidad postergada. VIOLA, F. (1999).
[24] Alocución del director General de la OMS delante de la comisión mundial de la OMS para la Salud de la mujer. 12 de abril de 1994. Extracto de una declaración sobre la  mutilación femenina.